lunes, 15 de junio de 2009

Helena deTroya (Τροίας Ἑλένη )



Antonio Casanova,Retrato de Helena , mármol,1819.

Helena es la mujer, la diosa, la esclava, la imagen y la encarnación del deseo. Pero nunca termina de abarcarse. El "ethos" (carácter) femenino griego (clásico) previo a Medea parece tener mayor expresión en dos personajes: Helena y Pandora. La primera se llama a sí misma kunopis (cara de perra) culpándose de haberse dejado llevar por la "Ate" que es una locura transitoria provocada desde afuera por los dioses. Pandora en la Teogonía: "a cambio del robo (el del fuego por Prometeo) les daré un bello mal (kalón kakón) -oxímoron- ella es Pan (todo) doros (dones): tiene belleza, arte de tejer y Hermes le dio kunikón nóon (mente de perra), ethos epiklopon (carácter ventajero), y kalon kakón (bello mal). Helena y Pandora encarnan la figura femenina en su función malvada. En la Helena de Eurípides, (1) y en el poema de Estesícoro, se hace una Palinodia (retractación o contracanto) de aquella figura femenina malvada. (2) Helena tiene un ethos de perra, “yo, cara de perra” (3) se dice a sí misma en las murallas de Troya mientras mantenían el combate singular sus dos hombres, Menealo el legítimo esposo con quien Helena cumplía en Esparta las funciones de reina, mujer, esposa y Paris el seductor, con quien Helena es raptada o seducida. Paris fue el árbitro en el concurso de belleza que competían las diosas Hera, Atenea y Afrodita, como se sabe, él elige a esta última como la mas hermosa de las diosas, que le había prometido el amor de las mas hermosa de las mortales, Helena. Se viene la guerra ¿por culpa de la manzana que Eride, la diosa de la discordia, arroja en la boda de Tetis y de Peleo o por culpa del rapto consentido de Helena? Lo cierto es que toda simbología del mito, señala a Helena como la culpable de la guerra de Troya. Sin embargo, como se ha mostrado, la idea de Helena, va cambiando con el tiempo, de una cara de perra y esposa infiel en la Ilíada, a otra Helena que nunca estuvo en Troya, que fue llevada a Egipto o que nunca abandonó Esparta y se mantuvo fiel, con un aidos o pudor similar al de Penélope. Esta nueva imagen viene de la mano de un poeta como Estesícoro. Eurípides, en su tragedia “Helena”, recoge esta versión en la cuál ella se mantuvo fiel a los deberes de esposa en Egipto, en el reino de Proteo y lo que se vio en Troya era un fantasma. (1) Se trata de mostrar la red metafórica que encarna Helena desde la época micénica, cantada por Homero hasta la época arcaica y clásica. Se analiza a la mujer en su carácter y en su función como esposa, reina y la relación con los hombres en la cultura de la Antigua Grecia.

HELENA EN LA ILÍADA.

Canto III (Juramentos desde la muralla- combate singular de Alejandro y Menéalo)

Ambos bandos, aqueos y teucros, hicieron un juramento: Paris y Menealo pelearían por a bella Helena y el ganador se la llevaría con él y esto pondría fin a la guerra.
Entonces la mensajera Iris fue en busca de Helena, la de níveos brazos, tomando la figura de su cuñada Laódice la más hermosa de las hijas de Príamo. La halló en el palacio tejiendo una gran tela doble, purpúrea, en la cual entretejía muchos trabajos que los troyanos, domadores de caballos, y los aqueos, de broncíneas corazas, habían padecido por ella en la marcial contienda. Iris le dijo a Helena:
—Ven, ninfa querida, para que presencies los admirables hechos de los troyanos, domadores de caballos, y de los aqueos, de broncíneas corazas. Los que antes, ávidos del funesto combate, llevaban por la llanura al luctuoso Ares unos contra otros, se sentaron —pues la batalla se ha suspendido— y permanecen silenciosos, reclinados en los escudos, con las luengas picas clavadas en el suelo. Alejandro y Menelao, caro a Ares, lucharán por ti con ingentes lanzas, y el que venza te llamará su amada esposa. (3)

Y Helena salió de la habitación, cubierta con blanco velo, derramando tiernas lágrimas; la acompañaban dos doncellas, y juntas llegaros a las puertas Esceas.
Allí, sobre la torre, estaban Príamo y los nobles ancianos del pueblo. Cuando vieron a Helena, que hacia ellos se encaminaba, comentaron unos a otros:

—No es reprensible que los troyanos y los aqueos, sufran prolijos males por una mujer como ésta, cuyo rostro tanto se parece al de las diosas inmortales. Pero, aun siendo así, váyase en las naves, antes de que llegue a convertirse en una plaga para nosotros y para nuestros hijos. (3)

Príamo llamó a Helena y le dijo que se siente a su lado para que vea a su anterior marido y a sus amigos, —pues a ti no te considero culpable, sino a los dioses, que promovieron contra nosotros la luctuosa guerra de los aqueos— y me digas cómo se llama ese ingente varón, quién es ese aqueo gallardo y alto de cuerpo.
(3)

- Contestó Helena, divina entre las mujeres: — Me inspiras, suegro amado, respeto y temor. ¡Ojalá la muerte me hubiese sido grata cuando vine con tu hijo, dejando a la vez que el tálamo, a mis hermanos, mi hija querida y mis amables compañeras! Pero no sucedió así, y ahora me consumo llorando. Voy a responder a tu pregunta: Ese es el poderosísimo Agamemnón Atrida, buen rey y esforzado combatiente, que fue cuñado de esta desvergonzada, si todo no ha sido un sueño.
(3)

Cuando Iris va en su búsqueda, Helena aparece dedicada a las tareas propias de la mujer, SE tejiendo junto a otras en ese espacio que define el lugar dentro de la casa, la mujer en el oikos debajo del techo y el hombre fuera de él. (4) Tejer, cocinar y tener hijos, era lo habitual en la cultura de la época, la mujer “abeja” dedicada a primorosas tareas. (5), (6). Pero Helena es de una belleza similar a las diosas y despierta el temor y la admiración de los viejos nobles que acompañan a Príamo. Helena es vista como una plaga, se puede recoger acá la versión de su linaje descendiente de Némenis y no de Leda, por la venganza que alcanzará as los nobles y a sus hijos. Los viejos temen una desgracia si la maldicen.
La versión del nacimiento de Helena como huevo que pone Némesis y que recoge Leda y lo guarda en un cofre de oro, pertenece a Apolodoro. (7)
Sin embargo, Homero da por sentado que Helena como ella misma dice en el canto III es hija de Leda y tiene dos hermanos, Cástor y Pólux.
Luego de la aparición de Helena y del temor de los ancianos, se enfrentan Menealo y Paris, quien cae herido por la lanza del átrida cuando este va a matar al caído, su espada se quiebra por intervención de Afrodita, que pone a salvo a Paris de una muerte segura. La diosa propone un encuentro amoroso entre Helena y Paris, pero ella se niega provocando la cólera de Afrodita; Helena siente temor y accede al encuentro con Paris.

Ella trata como a un varón inferior a Paris y este contesta que a Menealo lo salvó Afrodita y propone acostarse en el lecho, algo así como -“ven al tálamo y revivamos la noche de amor en la isla de Cránae”-.
Esta es la única referencia de sexo entre Paris y Helena a lo largo de la Ilíada y es de notar que la cultura griega hizo un fantasma del sexo, operación destinada a quitar la esfera del placer a la mujer que estaba destinada a tener hijos, la mujer abeja en lugar de la mujer yegua. (8) (6)

Canto VI (Coloquio de Héctor y Andrómana)

Helena estaba tejiendo, en el tálamo frente a Paris, cuando ingresa Héctor e increpa a su hermano tratándolo con injuriosas palabra. Interviene Helena quien pronuncia estas palabras:
—¡Cuñado mío, de esta perra maléfica y abominable! ¡Ojalá que cuando mi madre me dio a luz, un viento proceloso me hubiese llevado al monte o al estruendoso mar, para hacerme juguete de las olas, antes que tales hechos ocurrieran! Y ya que los dioses determinaron causar estos males, debió tocarme ser esposa de un varón más fuerte, a quien dolieran la indignación y los reproches de los hombres. Este ni tiene firmeza de ánimo ni la tendrá nunca, y creo que recogerá el debido fruto. Pero, entra y siéntate en esta silla, cuñado, que la fatiga te oprime el corazón por mí, cara de perra, y por la falta de Alejandro; a quienes Zeus nos dio tan mala suerte a fin de que sirvamos a los venideros de asunto para sus cantos.

Helena se dice a si misma perra, cara de perra, el ethos femenino de perra, (anaideia) se aplica a las mujeres porque los perros son fieles a los hombres, pero pueden dejar de serlo. (2)
También porque las heroínas que aparecen en la epopeya homérica, son mujeres de los guerreros, quienes temían que los perros comiesen sus cadáveres, cuando por contingencias de la batalla no era posible llevar a cabo las honras fúnebres.
Helena mira a Héctor con admiración, él siempre la trató con respeto en una tierra donde ella era residente extranjera, no pertenecía al xenos (huésped y extranjero) teucro. (2). Sin embargo tanto Príamo como Héctor sabían que Helena era solo una excusa para la guerra que de todos modos hubiera ocurrido por la tensión que provoca Tetis en el Olimpo. Por eso Zeus, quien ve su reino amenazado si ella tiene un hijo con otro dios, la casa con Peleo, un mortal. Mediante el recurso de la manzana, traslada la tensión hacia la tierra, es decir a un nivel ontológico menor y por tanto una victoria asegurada sobre la fuerza ctonia de Tetis, hija de Nereo y de Doris. Para poner en movimiento a los bandos, usa a un mortal, Paris, para decidir por la más bella de las diosas. Helena es un juguete de los dioses, una excusa entonces para la guerra. (9)

Canto XXIV (Rescate de Héctor)

En las honras fúnebres a Héctor, Helena es la tercera oradora, luego de Hécuba, la madre y Andrómana la esposa del guerrero muerto por Aquiles. Y dice:

Héctor, el cuñado más querido de mi corazón! Mi marido, el deiforme Alejandro, me trajo a Troya, ¡ojalá me hubiera muerto antes! y en los veinte años que van transcurridos desde que vine y abandoné la patria, jamás he oído de tu boca una palabra ofensiva o grosera; y si en el palacio me increpaba alguno de los cuñados, de las cuñadas o de las esposas de aquéllos, o la suegra —pues el suegro fue siempre cariñoso como un padre—, contenías su enojo, aquietándolos con tu afabilidad y tus suaves palabras. Con el corazón afligido, lloro a la vez por ti y por mí, desgraciada; que ya no habrá en la vasta Troya quien me sea benévolo ni amigo, pues todos me detestan.
(3)

Se muestra agradecida a su cuñado por haberla respetado en su pudor, pero ante la devastación de la guerra ella se culpa y hubiese preferido la muerte. Helena, la de los níveos brazos, la de cara similar una diosa, desempeña acá el papel tradicional de las mujeres en las honras fúnebres.
Sin embargo y muy a su pesar en la Ilíada su imagen es la de esposa infiel, causa de la guerra de Troya.

HELENA ENTRE PENÉLOPE Y CLITEMNESTRA

EL aidos o pudor es la virtud de mujer casta que atiende a sus funciones en la sociedad de la Grecia palacial y arcaica. La anaideia es la falta de pudor la desvergüenza de la infiel, de la adúltera.
Penélope y Andrómaca, se muestran fieles a sus maridos, mantienen su aidos pese a los males de la guerra. Helena en cambio, es una raptada consentida, una kunopis o cara de perra que traiciona su oikos y se va con Paris. En Troya es una princesa, como lo fue en Esparta. Es la única entre todas que pudo elegir a su marido ¿(privilegio de diosa)?
En todo caso la une con las otras heroínas el destino posterior a la guerra, el exilio, la sumisión aunque para ella es volver a su lugar a su xenos o sea a Esparta.
Helena se casa con Deífobo hermano menor de Paris y lo traiciona con su esposo Menealo cuando invade Troya y de una manera miserable: le da una espada al recién llegado y éste le corta las orejas y la nariz a Deífobo antes de matarlo. Según esta versión recogida por Estesícoro, Eurípides y luego por Virgilio en la Eneida, (10) la muestra de una anaideia similar a su hermana Clitemnestra, que asesina a Agamenón en su regreso de Troya. (2)
Sin embargo en la Ilíada, Helena es objeto que motiva la acción de otros, es presa de los hombres, de su padre y de su belleza. Puede decirse que sufrió de Até provocada por Afrodita. (11) Pero a diferencia de Clitemnestra, no mata a su marido y su anaideia es una falta menor comparada a la de su hermana. Si tomamos en cuenta la tragedia de Eurípides, en la cuál se cuenta que fue raptada de Esparta por Hermes, quien responde a la orden del supremo Zeus y la lleva al reino de Proteo en Egipto, donde resiste los embates amorosos de Teoclímeno rey de Menfis, hijo de Proteo, entonces su aidos es similar al de Penélope. (1) En esta tragedia, lo que se llevo Paris fue el fantasma de Helena y los griegos pelearon por una ilusión, por una imagen. La guerra como ilusión. (2)

HELENA Y LOS RITOS DE INICIACIÓN

Es necesario para una correcta interpretación de los rituales en homenaje a Elena, una visión mas amplia que ubique a estos ritos en relación con el significado de los raptos y del estilo de muerte por ahorcamiento en la Antigua Grecia. El rapto de Helena integra un fondo común de raptos de la mujer por el hombre (Ariadna por Dionisos, Europa por Zeus, Perséfone por Hades, Ganímedes por Zeus). Del mismo modo el ahorcamiento es un acto llevado a cabo en forma de ejecución por castigo, por rito, o por suicidio.
Así los ejemplos de Helena, Ariadna, Erígone, Carila, Yocasta, Antígona. En efecto vemos que el rapto y el ahorcamiento forman un fondo común que enhebra a varios mitos en torno de las heroínas.
EL rapto puede interpretarse como una acción violenta del hombre sobre la mujer, pero es claro que la imagen tiene connotaciones sexuales, donde el hombre es activo y a la mujer pasiva. En la civilización griega, los raptos son ceremonias a modo de ritos de iniciación, por ejemplo al matrimonio o al abandono de la niñez cuando llega la adolescencia. (8)
EL rapto de Helena por Teseo, es una afrenta a Esparta, porque los ritos según costumbre, eran llevados a cabo por un espartano para obtener la mano de una doncella espartana. Teseo raptó a Elena siendo esta muy joven y él un maduro ateniense extranjero.
Paris, rapta a Helena casada con Menealo violando las costumbres del philotes o amigos, relación basada en el concepto de xenos que es huésped y extranjero, con lo cuál la afrenta es privada para Menealo y pública para todos los espartanos. (2)
El rapto se castigaba con trabajos forzados y la seducción con la muerte. Pero el rapto en el contexto ritual tiene una función socializadora, es el rapto de inicio del matrimonio y se deja atrás la juventud.
El ahorcamiento, tiene que ver con la estrangulación y muerte por asfixia
Agkone es estrangular y apretar, parece que los griegos no distinguían entre muerte por estrangulamiento de muerte por ahorcamiento, cosa que si tenían en Roma muy presente por que los estrangulados tenían honras fúnebres pero los ahorcados eran los “in sepulti”. (8)
EL estilo de morir en femenino es la soga, que tiene que ver con no verter sangre y con el misterio del cuerpo de las mujeres que sangran una vez al mes. Cuando la joven tiene su menstruación es sana pero pronto hay que casarla porque sino el echo de no tener relaciones sexuales, puede hacer que la mujer enferme e intente suicidarse. El columpio de las aioras evoca esta cuestión.
Helena desempeñaba una función importante en las instituciones civiles y religiosas de la ciudad, más allá de la tradicional versión de Homero en la Ilíada y la Odisea. (12)
El culto de Helena, según Teócrito en su Epitalamio, las muchachas que forman el coro, trenzan en honor a Helena una corona de loto, que cuelgan de un Plátano, en clara actitud de culto. El plátano se encontraba en el Platanistás, un bosque rodeado por un río cerca del Dromos o lugar de ejercicio de los jóvenes varones espartanos. Se intenta en esta versión, reducir a Helena a divinidad de la vegetación y a su renovación ritual, herencia del culto al árbol de las civilizaciones micénica y minoica. Pausanias relata que luego de la muerte de Menealo, sus hijos, Nicóstrato y Megapentes, perseguirían a su madre Helena, que se encontraba refugiada en casa de Polixo, en Rodas. Polixo era amiga de Helena pero luego de la muerte del marido un tal Tlepólemo a manos del teucro Sarpedón, ella engendró un odio tal hacia Helena, que se quiso vengar: mandó a unas esclavas vestidas de Erinias mientras ella se bañaba, la tomaron y la colgaron de un árbol. Este es el origen del culto del árbol en Rodas, dedicado a Helena, quien se relaciona etimológicamente y culturalmente con Artemis. En efecto, Helena es luna como la diosa gemela de Apolo, venerada en la ciudad de Cafias en Arcadia, con el epíteto de la ahorcada es decir una muerte simbólica por ahorcamiento de las muchachas. Las Aioras, evocan este ritual, las muchachas se colgaban de un columpio y se mecían al aire, como una ahorcada que no pertenece ni al cielo ni a la tierra, sino que se mantienen en suspensión. (8)
Suspensión y oscilación, como la joven esposa en los brazos del marido al entrar a la nueva casa. También el hecho que las Airoas se festejen en primavera, relaciona este ritual con la renovación de la vegetación.
En todo caso cabe preguntarse cómo una divinidad local se convirtió en la heroína que dio origen a la guerra, pregunta que queda sin respuesta.
Los cultos a Helena en Esparta tienen dos formas: El Platanistás o rito de iniciación en la juventud, como la chica más linda que guía en la danza a las muchachas espartanas. En este sentido, se sabe que la mujer espartana recibía entrenamiento en los juegos, la carrera, el tiro del arco y flecha, el lanzamiento de la jabalina y llevaban pollera corta, a la manera de la minifalda de los años 60, escandalizando a las atenienses que vestían distintas túnicas, pero todas largas.
Este culto de danza y ejercicio se llevaba a cabo a orillas del Eurotas, el río más largo de Esparta. (2)
El otro culto es el de Terapne, donde Helena representaba la muchacha que había terminado su educación y estaba lista para el matrimonio, o sea para dar hijos a la patria, es decir como joven esposa que alcanza la mayoría de edad cuando da a luz dentro del matrimonio. A diferencia de otras mujeres, las espartanas alcanzaban así la mayoría de edad y hasta podían heredar bienes.
En el culto, el rapto de la joven esposa, era un rito de iniciación al matrimonio y Helena era el modelo de adolescente ideal para raptar e integrar de este modo a la sociedad. Cuando la muchacha raptada, era entregada a una nodriza que la preparaba para el encuentro con su marido. Le cortaba el pelo, le ponía botas de varón, la acostaba en el lecho nupcial. (2)

HELENA, DIOSA, DAIMON, LUNA

Para las religiones mistéricas, Helena era un daimon (un yo divino), o una diosa, alguien del mas allá, una divinidad que bajaba a la tierra por una necesidad de los dioses.
En efecto, los órficos relacionan al huevo primordial, con Helena, que nace del huevo, que es el mundo, luego del caos. Concentra luz y sombra, calidez, instante inicial de creación, de principio del Ser desde el no-Ser . Es lo primero que nace del recipiente sagrado, lo primero que brilla en el éter. Helena es como un axis mundi, la guerra se resuelve con la estrategia de Odiseo, (12) escondido en el vientre del caballo, que contiene, como la noche, la tensión creada en torno de la guerra como necesidad cosmogónica. (9) La de níveos brazos, sostiene la antorcha que brilla a lo lejos en señal para que los aqueos puedan entrar en Ilión.
Los pitagóricos sitúan la morada de Helena en la cara de la luna que mira al cielo, la inferior es la morada de Perséfone, primer escalón en el ascenso de las almas.
Helena -Artemis- Leda- Selene, tienen rasgos etimológicos con la luna, son seres lunares en la escatología pitagórica y órfica.
Helena en Egipto está asociada a Isis, con rasgos lunares, señora de todas las cosas; es la manifestación primera del pensamiento divino.
En Argos, Helena tiene su templo, cuando es raptada por Teseo y otro santuario en Esparta. En estos casos se trataría de una divinización luego de su muerte, como recompensa que otorgan los dioses en su sistema de premios y castigos a los héroes y a las heroínas.
La ceguera que Helena provoca a Estesícoro y que lo obliga a escribir la palinodia, la ubica como una diosa, igual que Atenea quien provoca la ceguera de Tiresias.

CONCLUSIÓN

El mito de Helena perfora el tiempo y le otorga un lugar como arquetipo femenino de las heroínas de la época arcaica hasta la actualidad. Su nombre está ligado definidamente a la guerra de Troya, en Homero y a los ritos de iniciación en Esparta, su tierra natal. Belleza, pudor, seducción, atracción fatal, eso es Helena, como también una raptada consentida. El ethos arcaico la muestra como bello mal, cara y mente de perra, infiel y adúltera y luego en la tragedia, con Eurípides, quien recoge la palinodia de Estesícoro, es una esposa fiel a Menealo, similar en su pudor a Penélope, prototipo de la fidelidad conyugal.
Hija de Zeus, Helena también es vista como daimon o diosa, en particular por los órficos y los pitagóricos. Pero en La Ilíada ya los ancianos nobles de Troya, igualan su belleza a la de una diosa.
Un poema de Safo, rescata su belleza y su inocencia ligada para siempre a la guerra de Troya:

Unos una hueste de jinetes, otros de infantes,
Otros de naves dicen que es lo más bello

Sobre la tierra negra, aquello que se ama.

Del todo simple es hacer que cualquiera entienda
Esto,
pues la que por su belleza mas brillaba,
Entre los hombres,
Helena, al mejor de los maridos,
Abandonó, embarcó y marchó a Troya,
Y ni para su hijo ni para sus padres queridos

Tuvo ningún recuerdo, pues Cipris la trastornó
(Contra su voluntad).

Autor: Marcelo Ocampo

BIBLIOGRAFÍA

1 EURÍPIDES Helena. Ediciones Terramar.
2 BETTINI, M. BRILLANTE, C. El mito de Helena. Akal, Editorial ,2008.
3 HOMERO. Ilíada. Terramar.
4 FOUCAULT, M. Historia de la sexualidad, tomo 2. (Siglo XXI)
5 LARA, SILVIA EGEA. El papel de la mujer en laAntigua Grecia y en la novela.
6 SEMÓNIDES DE AMORGOS. Yo, de abeja ,claro. Trad. de C García Gual
7 MARTINEZ VILLARROYA, J. Estructuras antropológicas del pensamiento órfico. Universidad de Barcelona.
8 LORAUX N. Las experiencias de Tiresias. Biblos editoria.l
9 YETZTLIN, M. El Jardin de los Monstruos. Biblioteca Nueva.
10 VIRGILIO. La Eneida. Losada.
11 DODDS, E. Los griegos y lo irracional. Alianza editorial.
12 HOMERO. Odisea. Edaf editorial.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Excelente trabajo. Me ayudó muchísimo a realizar una presentación en mi facultad. Muchas gracias por compartirlo.
Saludos cordiales!

Carolina Salinas de Mendoza.

Marcelo Ocampo dijo...

Me alegro, gracias por leerlo!!!
Marcelo