domingo, 1 de febrero de 2009

EL CUERPO DE LOS INMORTALES




Jacques Reattu "El Triumfo de la Civilización"

En el 600 AC Jenófanes protestaba por la necedad de los mortales que medían lo divino con el rasero de lo humano. ¿Cómo podían dioses y hombres compartir similar naturaleza corporal? Dioses dotados de cuerpo, palabra y vestimenta? ¿Realmente los griegos les dieron a sus dioses una forma de existencia corporal propia de las criaturas mortales? ¿Qué era el cuerpo para los griegos?


Por nuestra tradición occidental tenemos dos aspectos del cuerpo: la oposición entre espíritu y materia y el hecho de que el cuerpo como materia es definido en términos de anatomía y fisiología. Los griegos contribuyeron a esta objetivación del cuerpo al plantear la noción del alma inmortal separada del cuerpo cuya función sería de receptáculo y puede ser objeto de estudio.
Jenófanes no dice que los dioses no poseen cuerpo sino que la naturaleza del cuerpo de los dioses es distinta, lo mismo que su intelecto. Presenta la perfección eterna versus lo variable.
Durante la era arcaica no se conoce aún la separación entre cuerpo y alma, ni entre lo natural y sobrenatural. En el hombre lo corporal reúne por igual realidades orgánicas, fuerzas vitales y mentales. No hay una palabra única que designe el cuerpo como unidad. Sŏma que puede traducirse como cuerpo se emplea para designar el cadáver, o sea lo que queda del individuo; Démas se refiere a la estatura, al armazón del individuo; Khrós es la envoltura exterior, la piel, la superficie de contacto; Guía es la flexibilidad de los miembros; Mélea la potencia de los mismos.
Cuando el hombre vive su cuerpo tiene carácter plural, de ahí la multiplicidad del vocabulario.
Kára es la cabeza, cuando mueren los humanos se denominan cabezas sin rostro. En los vivos las cabezas tienen rostro (prósopon), están ante nuestros ojos y así la cabeza y el rostro es lo primero que se ve de un ser, lo que lo identifica.
Se cuenta además con términos como Stĕthos, Kardia, Phrén, Thymos, Ménos, Nóos, de significado parecido y que se refieren a partes u órganos corporales o a humores, pulsiones o deseos e incluso a operaciones de la inteligencia como entender y comprender. O sea que hay una imbricación entre lo físico y lo psíquico: rostro, complexión, estatura, voz, gestos todo identifica al individuo en relación a los otros.
Los griegos invistieron a sus dioses de un cuerpo humano pero ¿con qué diferencias? El cuerpo divino es el cuerpo humano sublimado, un supercuerpo con las cualidades y valores llevados más allá de lo posible para los humanos. El hombre y su cuerpo llevan la marca de la imperfección, el sello de lo perecedero como todas las criaturas vivientes: es el abismo de la muerte, la oscuridad. Los humanos son así criaturas efímeras en contra de aquellas que nunca dejan de ser, la eternidad de los dioses. Los humanos viven un día a día, inestable y cambiante y nunca saben si habrá un después. Efímero es el cuerpo humano. Sus fuerzas se agotan, su esfuerzo entraña cansancio y exige reposo, necesita alimentos. Para los hombres la muerte está allí frente a la vida misma como la cara oculta de su condición.
Thánatos, la muerte es hermano gemelo de Hypnos, el sueño y usa su máscara, o se presenta como los siniestros Pónos, Limos o Geras que son las mayores desgracias que afligen al hombre: fatiga, hambre, vejez , todos hijos de Nyx, la noche tenebrosa y todos derivados de Khaos, el Abismo primordial donde nada tiene forma y nada importa. Ligada a las potencias nocturnales Sueño, Fatiga, Hambre, Vejez, la Muerte evidencia la imperfección de un cuerpo extraño al dominio de lo divino que es la permanencia y la inagotable vitalidad.
Los dioses pertenecen a una raza aparte, son los athánatoi, no mortales, no perecederos. Definen así por ausencia a unos seres cuyo cuerpo y vida carecen de tara o defecto. O sea que los griegos partieron de un cuerpo defectuoso, de la existencia mortal para acceder por medio del pensamiento a la vida y al cuerpo divino y constituyeron así un cuerpo idealizado del cual el cuerpo humano es un pobre reflejo.
Para el cuerpo humano la sangre supone vida, cuando mana de una herida y se derrama y se mezcla con la tierra la sangre llama a la Muerte. Los dioses también tienen sangre pero aunque mane de una herida nunca llama a la muerte, puede manar sin que la vida se escape con ella y así los dioses aparecen provistos de sangre inmortal y desprovistos de sangre. La misma ambiguedad se encuentra en la comida. Los hombres deben comer para sobrevivir, los alimentos que los nutren son pasto de lo efímero puesto que son en sí mismos el resultado de la muerte. El pan es el alimento humano por excelencia, el símbolo de la civilización, los hombres son comedores de pan y comer pan equivale a decir que se es mortal. El vino mismo participa de la podredumbre. El goce de una vida inmortal implica no comer pan ni beber vino.
Entonces, ¿para qué comen los dioses? Comen por placer, se reúnen en un banquete por gusto a la fiesta pero no tienen que llenar la barriga, el gastér, lo que supone una fuente de desgracia para los hombres. Además existen alimentos y bebidas propias de la inmortalidad. El que los consiga se transformará en un dios. En el Olimpo los dioses se alimentan de néctar y ambrosía pese a que sus cuerpos inmortales no conocen el hambre ni necesitan comer.
Estas proposiciones sugieren que aquello que el cuerpo humano supone positivo como la vitalidad, el brillo, la energía, el poder, es poseído por los dioses sin limitaciones. La idea del cuerpo divino en su absoluta plenitud y disfrute eterno remarca la naturaleza mortal, transitoria, precaria de los humanos.
Entonces más que dotar a los dioses de un cuerpo humano sería lo contrario: el cuerpo del hombre remite a un modelo divino cuya energía vital resplandece por pocos instantes en la criatura mortal, lo ilumina un fugitivo fulgor con el cual los cuerpos de los dioses están eternamente investidos.
El cuerpo griego en la antigüedad no es una lámina anatómica sino que muestra los numerosos valores de vida, belleza, poder de los cuales está provisto el individuo. El cuerpo tiene límites corporales, marca el perfil de un ser diferenciado pero que no está encerrado sino que es permeable a fuerzas que lo animan, a potencias vitales. Cuando un hombre se irrita, se alegra, sufre, está habitado por pulsiones que lo atraviesan como visitantes. La energía vital, la fortaleza, el temor, el deseo se localizan en su cuerpo, lo exceden y así pueden abandonarlo en cualquier momento.
Las potencias que penetran el cuerpo y operan en su interior encuentran fuera de él ciertas prolongaciones que las refuerzan. La vestimenta, los adornos, el brillo de la mirada, los gestos, las armas de un guerrero informan del rango y del valor del mismo, son la prolongación del cuerpo. El equipo del guerrero es al cuerpo del guerrero lo que el maquillaje, las joyas, los ornamentos son al cuerpo de las mujeres.
Otro aspecto es la apariencia física, algo establecido por la genética: estatura, color de piel, aspecto, son a veces favores de los dioses. Los cuidados, la vestimenta, los adornos todos tienden a resaltar la belleza del cuerpo tratando de imitar a esos favores. El caso de Ulises cuando Nausicaa lo encuentra tiene el cuerpo desnudo y castigado, envejecido en un espectáculo horrible pero cuando es lavado y uncido con aceites con un poco de ayuda de Atenea recobra su encanto y su belleza. De esta manera el embellecimiento es la exaltación de las cualidades positivas. Por lo contrario en las crueldades ejercidas sobre el cadáver del enemigo se trata de destruir todas las cualidades vitales, estéticas, sociales de las cuales es portador para afearlo, quitarle prestancia y fulgor. El individuo no cambia de cuerpo, Ulises horrible o espléndido es el mismo pero la identidad corporal se presta a cambios de apariencia. Así el cuerpo joven y vigoroso con la edad se vuelve decrépito y pasa del esplendor de la belleza hasta la oscuridad y fealdad de la vejez.
Los personajes de la epopeya son presentados en la hora del combate convencidos de sus fuerzas, llenos de confianza. Este sentimiento de plenitud y fortaleza parece inmutable pero como cualquier cualidad humana las fuerzas vitales están sometidas a vicisitudes, pueden debilitarse y desaparecer con la muerte: en el Hades los muertos son las cabezas sin fuerza vital (amenema Kárena). Con la edad las cualidades físicas y psíquicas del hombre abandonan el cuerpo y llenan de nostalgia al anciano a causa de lo perdido (diálogo de Agamenón y Néstor Ilíada canto XI)
Todo en el cuerpo humano se deshace, muere, las fuerzas vitales se agotan. Por grande que sea el vigor, el valor, acabará en una cabeza sin fuerza vital; su cadáver se pudrirá. En el caso del guerrero caído en el esplendor de su belleza sólo lo salvan las honras fúnebres y el recordatorio funerario sobre su tumba y el canto de alabanza, el relato de sus proezas que será recordado sin cesar por la tradición oral, arrancándolo del anonimato de la muerte con un brillo imperecedero.
Si los dioses son inmortales es porque al contrario de los humanos poseen la gloria y la belleza permanentes que el imaginario social se esfuerza por elaborar para los mortales. Siempre jóvenes y vitales los dioses poseen un supercuerpo, siempre bello y glorioso.
¿Por qué los humanos no pueden mirar de frente a los dioses? Cuando un dios se les presenta deben desviar la mirada o el dios les nubla la vista. Más que ninguna otra parte del cuerpo el rostro revela lo que es y vale cada individuo y así cuando los humanos mueren son cabezas en tinieblas, son los sin rostro y sin energía vital. Mostrar la cara es entregarse, establecer relación de pares y ante los dioses desviar la mirada o ocultarla, bajarla es reconocer la inferioridad, la indignidad frente al otro.
Jóvenes, de cuerpos perfectos capaces de hazañas imposibles para la mayoría de los mortales, ¿no son los atletas olímpicos un intento de alcanzar el modelo perfecto asignado a los dioses aunque el fulgor de su gloria sea efímero? Es la imagen que se me ha representado a lo largo de la lectura sobre este tema.

Autora: Rita Fernandez

BIBLIOGRAFÍA

-Castoriadis C. Lo que hace a Grecia 1.de Homero a Heráclito FCE
-Bulfinch T. Mitos greco-romanos. Libros de la Esfinge
-Vernant JP.El individuo,la muerte y el amor en la antigua Grecia. Paidos Orígenes
-Homero. La Iliada. Terramar

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