Este artículo quiere mostrar que Medea, la princesa de la Cólquide, mata a sus hijos en pleno uso de sus facultades mentales, con premeditación y en relación con esta cuestión, si existen atenuantes que cabría poner en consideración.
Como ejercicio de comparación con una tragedia actual, se busca la relación que puede existir entre Medea y Romina T. la joven del norte argentino que asesina a su hija recién nacida.
Este análisis, contempla el mito de Medea, la tragedia homónima de Eurípides y las noticias del caso Romina difundidas a través de la prensa local.
Se hará referencia a conceptos tales como Até, Hamartía, Thymós, que son los resortes de la acción transgresora de los héroes y heroínas en la tragedia griega. Se tendrá en cuenta que en los tiempos modernos se habla de razón, irracionalidad, locura, atenuación de la pena, sin pretender realizar un análisis jurídico que escapa a las posibilidades e intenciones de este artículo.
Mito de Medea
Medea es hija de Eetes (hijo de Helio, sol) rey de Cóquide y de oceánide Idía, sobrina de Circe, ambas sacerdotisas de Hécate, diosa de la magia. Medea tiene, como se puede apreciar, un linaje divino y una asociación clara con la magia de oriente.
Cuando Jasón y los argonautas llegan a Cólquide para conquistar el vellocino de Oro, Hera., esposa de Zeus, pide ayuda a Afrodita porque estaba enojada con Pelias, Rey de Yolco, hermano de Esón padre de Jasón, con lo cuál Medea se enamora y a cambio de una promesa de matrimonio, ayudó a Jasón a uncir un yugo a los toros que despedían fuego, durmió al dragón que custodiaba el vellocino de oro y huyó con los argonautas, perseguidos por las tropas de Eetes, su padre. Para retrasar la persecución, mató y despedazó a Apsirto, su hermano y arrojó los pedazos al mar. En Yolco, hace que las hijas de Pelias, hiervan a su padre con la falsa promesa de rejuvenecerlo.
Medea y Jasón huyen a Corinto, donde tienen hijos y luego de algunos años de convivencia, Jasón traiciona a Medea al aceptar la mano de la princesa Glauce, hija del rey Creonte. Medea en venganza, ofrece un vestido y una corona envenenada a Glauce que muere horriblemente, al igual que su padre Creonte. (1)
Y acá las versiones sobre la muerte de los hijos varían según las fuentes del mito.
Eurípides da fuerza dramática a la tragedia poniendo la muerte de los niños manos de Medea, su propia madre.
Medea desaparece en el carro de Helios, su abuelo y se casa con Egeo, rey de Atenas.
Ethos o carácter de Medea:
Se trata de una mujer, con los caracteres de género que se atribuía a la raza de las mujeres (2). Hay una relación con Pandora (todos los dones), un regalo de Zeus a los hombres por el engaño de Prometeo.
Astucia, mente de perro, belleza irresistible que hace perder la cabeza a los hombres.
Se han señalado también los rasgos en común entre Medea y Helena: la belleza y su
condición de raptadas consentidas (3), con las consecuencias negativas de la guerra de Troya por un lado y la destrucción de los reinos de Colcos, Yolco y Corinto por el otro.
Medea es la más transgresora de las heroínas en tres ejes: como una mujer ligada la magia, como antítesis de la figura materna y como desestabilizadora del orden social impuesto, (4) de los cuáles interesa analizar los dos primeros de acuerdo con los postulados de este artículo.
Mujer ligada a la magia: el carácter de mujer, como género y las propiedades de hechicería, hacen de Medea una mujer peligrosa y poderosa, el poder de una extranjera sobre el ideal griego de mujer y una amenaza para los héroes. Magia y hechicería, como instrumentos y la condición de extranjera, hacen de la mujer una criatura monstruosa, tal como Jasón define la naturaleza de su mujer:
“no existe mujer griega que se hubiera atrevido a esto, y sin embargo, antes que con ellas preferí casarme contigo, leona, no mujer, de natural más salvaje que la tirrénica Escila.” (5)
En cuanto al arquetipo de la mujer con instinto materno por sobre todo, al matar a sus propios hijos, Medea se convierte en la heroína más malvada, va en contra del ideal de mujer, en contra de su función de dar hijos para la polis (6) y en contra de lo sagrado encarnado en Hera, la protectora del hogar, pero capaz de cometer actos criminales si se traiciona ese hogar y el lecho o dominio de la esposa en la Antigua Grecia y Jasón, precisamente rompe su juramento al anunciar su casamiento con la princesa Glauce, generando en Medea una terrible sed de venganza que la arrastra al filicidio.
Até, Hamartía, thymós ¿los confines de la razón?
Suele decirse como verdad de Perogrullo que el hombre es un ser racional, aunque la use sólo a veces, es bueno tener presente las posturas modernas en cuánto a considerar el famoso pienso luego existo cartesiano, en contraposición con el lacaniano soy donde no me pienso. En esto hay que considerar a la razón como un campo distinto del inconsciente, con una irracionalidad como lado oscuro. (7)
Los griegos de la época arcaica y clásica con otra cosmovisión y otro lenguaje, reconocían errores en el juicio de los hombres y distintos tipos de locura (8).
En la tragedia se llaman a estas situaciones até y hamartía que sufrían los héroes y por ello eran empujados a ir mas allá de los límites humanos provocando su propia vergüenza, culpa y hasta su propia muerte. (9)
La até es una obnubilación transitoria de la conciencia, una locura parcial y pasajera que en Homero no conlleva culpa moral sino que es un error inexplicable. En el mundo Helénico es sinónimo de ceguera moral y en la tragedia es sinónimo de de castigo divino por pasar los límites y el ejemplo de até es Antígona, que encarna el deseo de dirigirse al límite que es la até y que la lleva a su propia muerte, situándose en le lugar del otro.
La hamartía es un error en el juicio y el ejemplo es Creonte, soberano de Tebas, tío de Antígona, quien conociendo el temor y la culpa, desafía la ley divina con un decreto y consigue con esto la muerte de su propio hijo Hemón, como error de su juicio.
Hamartía puede ser utilizado en la tragedia para el error involuntario, como también es el caso de Edipo, que mata al padre sin saber quien era.
Otro concepto a tener en cuenta es el de thymós, que era para los griegos el asiento de las emociones, donde no llega la razón ni la piedad, el hombre es esclavo de esas emociones, que en el mundo moderno encarnan las pasiones y el deseo que fluye del inconsciente.
La locura que proviene del exterior, puede ser producida por los dioses (Dionisos, Afrodita; era, Zeus) o por demonios denominados Alástor ((8). La locura en la tragedia está provocada por dioses y demonios.
En el caso particular de Medea, no hay até ni hamartía, no hay locura, ella mata de manera planificada, conciente de sus actos, en venganza por la traición de Jasón al lecho matrimonial. No muestra arrepentimiento ni vergüenza ni culpa ni dolor, solo una lucha entre su thymós y su razón, como muestra en el episodio V cuando exclama: (5)
-“¡Ay, ay! No, en verdad corazón mío, no cometas tú el crimen. Déjalos, desventurada, perdona la vida a tu simiente”.
Para afirmar más adelante en el mismo episodio:
-“¡Por los espíritus vengadores subterráneos que están en el Hades! Nunca ocurrirá que yo entregue a mis hijos a mis enemigos para que los injurien (Es enteramente una necesidad que mueran, y como es necesario, nosotras que le dimos le ser, los mataremos”.
EL conflicto interior se sitúa entre la razón y la emoción venciendo finalmente la razón de su venganza, un filicidio planeado desde el comienzo de la tragedia.
Caso Romina T.
De acuerdo a la denuncia de Romina, el 1º de agosto de 2002, en San Pedro, provincia de Jujuy, cuando iba a buscar a su hermana mayor, que había ido a la fiesta de La Pachamama, fue conducida por la fuerza por un vecino 20 años mayor , quien la subió a un auto, la condujo dos cuadras, y la violó.
Romina quedó embarazada, producto de esta violación.
Integrante de un hogar con un padre que la sometía a maltratos y dominada por la “vergüenza” y el “temor”, no se animó a contar lo ocurrido. Vivió fajada para disimular el embarazo. A los siete meses tuvo un parto prematuro. Ella –en su ignorancia- creyó que por fin estaba abortando. Cuando escuchó llorar a la niña que había nacido cayó en la angustia y desesperación: con la ayuda de su hermana, cortó el cordón, puso a la niña y la placenta en una caja y le aplicó varias puñaladas a la criatura. La hermana y la madre llevaron a la bebita al hospital pero falleció a los dos días. Desde entonces Romina está presa. (Página 12; jueves 2 de junio de 2005). “Ahí mismo- en el baño- se me cruzó la imagen de él. (Página 12; 9 de junio del 2005). A eso se le sumaban las amenazas de su padre que siempre le repetía que si quedaba embarazada la mataba o se infartaba.
Medea y Romina
A primera vista, parece que Romina sufrió de hamartía un error en el pensamiento al ver en la beba el rostro del violador. Por otra parte es prudente señalar que en nuestro moderno marco social, se habla de psicosis, obnubilación transitoria de la conciencia o locura temporal y no de até, hamartía, thymós.
De cualquier manera, para ella se trata de una culpa moral no imputable subjetivamente, pero que objetivamente existe, ella admitió sentir culpa, porque "me desquité con una criatura que no tenía nada que ver". (Clarín, 11 de junio del 2005).
Desde una perspectiva trágica, el acto de Romina inspira indignación por la muerte de una inocente y comprensión por las circunstancias de una maternidad no elegida y forzada por una violación, siendo un acto propio de las heroínas de la tragedia en el sentido de traspasar los límites y los valores de una sociedad.
El acto de Medea, en cambio, genera la idea de un tremendo poder sobre Jasón y de un acto movido por una sed de venganza desmesurada, una tensión entre el campo de la razón y de la irracionalidad, resulta a favor de la primera.
EL lugar que ocupa Romina en cuánto mujer es igual al de Medea, ambas en sociedades patriarcales, donde la mujer tiene asignadas tareas específicas dentro de la casa y pocos derechos fuera de ella.
La posición social de un hogar pobre para Romina, es distinto al de Medea princesa de la Cólquide, pero al ser extranjera en Corinto, no es una legítima esposa. Inclusive al atravesar las Simplégades, aquellas rocas que separan oriente de occidente, no solo deja una patria, un lugar de pertenencia, también deja, en metáfora psicoanalítica, la virginidad, que estaba custodiada por los dragones que ella misma durmió sintetizado en la bella frase de Martínez Berbel: "Puso el honor dragones de Medea"
La otra diferencia es que gracias a su linaje divino, Medea se retira de la escena en un carro dorado tirado por caballos alados y no sufre castigo ni pena. Es el Deus ex Machina” como recurso cuya causa viene impuesta por necesidades del propio guión y que Nietzsche ha llamado la anti-tragedia. (10)
En clave psicoanalítica, se habla del acto de dar muerte a los hijos, en el caso de Medea como un Aborto retrospectivo, un modo de recuperar la virginidad y volver a así al bosques de Ares, donde estaba el vellocino y los dragones custodios del honor, un volver a las danzas de las adolescentes en los bosques de Artemis.
Nada de esto es posible para Romina, quien no tuvo la oportunidad de elegir la maternidad, sino que le fue impuesta por una violación a temprana edad. Y sin embargo ella, desde la prisión, sueña al menos con poder “ver cara a cara al sol”.
Conclusión
Se sostiene que si bien Medea y Romina son madres que matan a sus hijos, que cometen filicidio, es posible marcar ciertas diferencias.
Desde la intencionalidad, Medea mata con premeditación y se diría alevosía, ya que planeó la muerte de su hermano, de Glauce, de Creonte, movida por amor a Jasón y luego cuando éste falta al juramento y traiciona el matrimonio, mata a sus propios hijos por venganza.
En Romina no parece haber intencionalidad y sí un error en el juicio, una locura transitoria. (Hamartía). Esto por supuesto, es discutible, si se tiene en cuenta el moderno marco social, cultural y epistemológico, donde se habla de locura transitoria, obnubilación de la conciencia, Complejo de Medea, psicosis puerperal y desde la justicia, simplemente homicidio culposo o doloso.
Desde la culpa moral, Medea no da muestras de ella y sí Romina al confesar que se desquitó con una criatura inocente.
El acto es el mismo pero los móviles y el sistema de castigos y compensaciones se presume distinto.
Más allá de las similitudes y diferencias, es bueno recordar que “un mito es algo que nunca fue pero que siempre está ocurriendo”.
Agradezco a Juan Carlos Secchi y a Juan Carlos Tealdi por sus recomendaciones.
BIBLIOGRAFIA
1. JACQUENOD, R. Diccionario de Mitología. Salvat editores, 2000
2. HESÍODO. La teogonía, clásicos universales, Fontana.
3. MARTÍNEZ BERBEL, JA "Puso el honor dragones de Medea”, En Criticón (Toulouse), 87-88-89, 2003, pp. 479-492.
4. ALVAREZ ESPINOZA, N. Medea, la mujer transgresora de la Cólquide. Kañina Rev. Artes y Letras, Univ. Costa Rica.Vol XXVIII (2), 75-86, 2004.
5. EURÍPIDES, Medea. Traducción y notas Nora Andrade. Editorial Biblos, 2007
6. LORAUX, N. Las experiencias de Tiresias. Editorial Biblos, 2003
7. MALIANDI RICARDO: CRAGNOLINI M. La razón del Minotauro. Almagesto
8. MONTSERRAT RODRÍGUEZ GARZO www.scb- icf.net/nodus/063AteAntigona.htm - 18k
9. DODDS, E. Los griegos y lo irracional. Alianza editores, 2006.
10. NIETZSCHE, F .El origen de la tragedia. Terramar Ediciones
MARCELO OCAMPO
GRUPO ATENEA
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